sábado, 30 de octubre de 2010

Jaguar - Jean Rouch






Jaguar (1967)

Jean Rouch

Francia



Un viaje que refleja las verdades en un continente que vive bajo la opresión.  Rouch utiliza los deseos de millones de personas para narrar una historia que une la ficción con el documental, mediante un estilo original y una cámara que siempre está presente entre los protagonistas.  Jean tiene esa capacidad de involucrarnos con sus personajes.  Por más que los estamos viendo en la pantalla y son tan lejanos a nuestro mundo, después de unos minutos uno se da cuenta que estos personajes tienen deseos e impulsos como todos.  Así logra que hombres con ideologías distintas, brinquen esas barreras y ubiquen a todas las razas por igual.  El viaje por una mejor oportunidad y regresar al punto de origen con la historia en la lengua se convierte de una empresa de tres a una empresa de cinco (pensando en el director/provocador y en el espectador).

Difícil alejar la comparación con la actualidad en nuestras fronteras, tanto al sur como al norte.  Hoy día a  día, miles de mexicanos buscan desafiar a la naturaleza y a las autoridades con la ilusión de una mejor oportunidad y enviar remesas a casa.  Y por si no fuera poco, México es un lugar de paso para millones de centro y sudamericanos que buscan llegar al norte impulsados por las mismas esperanzas.  En una secuencia, Jean Rouch muestra un reflejo de humor y crítica al resaltar la contradicción que es la frontera.  Al intentar pedir permiso con las respectivas autoridades, Damouré regresa a decirles a sus compañeros que sus intentos han sido infructuosos.  En poco tiempo y sin esfuerzo, los tres caminan por la playa, detrás de los guardias hacia el otro lado mientras que en primer plano vemos a varias personas más haciendo lo mismo.  Uno comprende la intención del director, la frontera y la aduana no representan nada más que una vil burla, una contradicción.

Y claro que no puedo terminar de comentar esta película sin mencionar el audio.  Se logra un estudio en dos niveles y momentos distintos que se complementan sorpresivamente con gran éxito.  La naturalidad y la verdad se siente en este documental que utiliza a Jean Rouch como provocador de situaciones, confundiéndonos con la ficción pero reflejando un mundo real.
 



 









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