martes, 30 de noviembre de 2010

The War Game - Peter Watkins



The War Game (1967)


Peter Watkins


Reino Unido


En este interesante simulacro, Watkins a estilo de documental televisivo presenta lo que sería de un país como Inglaterra si sufriera un ataque nuclear.  Investigaciones de las explosiones nucleares como Dresden o Hiroshima y pruebas en desiertos han arrojado datos que Watkins logra traducir de números y estimados a emociones y reacciones humanas.  Una sociedad de primer mundo que es literal arrasada por las guerras de otros países y que Watkins logra hacer una inteligente propuesta de lo que podría suceder en dado caso.  Desde el momento en el que se enteran de un posible ataque hasta el derrumbe de la sociedad provocada por las enfermades, las muertes, la destrucción y el terror a resultado de una destrucción nuclear.  La post destrucción nuclear toma un nuevo valor al ser presentada en terreno de los vencedores.  Es interesante pensar en qué pasaría si se hubiera realizado un documental similar a los pocos años en Japón pero sin la necesidad de una simulación. 

En su momento fuentes inglesas y estadounidenses se vieron asustados por esa terrible posibilidad y decidieron censurar la película hasta años después.  ¿Es entonces más peligrosa para su tranquilidad mental una supuesta ficción de lo que sería en dado caso?  El estilo documental y los resultados que arroja este ejercicio son más fuerte cuando se conoce la recepción que tuvo en su momento. 

En una toma en particular encontré gran recuerdo con Nuit et bouillard de Alain Resnais.  El momento en el que la cámara hace un largo recorrido por lo cuerpos en la banqueta y al terminar se levanta para mostrar a personas en estado de shock sentadas junto a los cadáveres.  Vivos y muertos compartiendo el mismo espacio.  Me recordó al estilo utilizado por Alain para retratar las camas, los montes de cabello y sobre todo las letrinas en un sutil desplazamiento.  La pasividad de la cámara y la repetición de elementos invita a la reflexión y a un acumulamiento de imágenes que detonan en una fuerte y cinematográfica imagen.












Salesman - Albert Maysles and David Maysles


Salesman (1969)
Albert Maysles/David Maysles
Estados Unidos
Un grupo de vendedores que van de puerta en puerta ofreciendo Biblias.  Esa idea es más que suficiente para que una película suene atractiva.  Es que en la vida hay cosas que simplemente tienen una naturaleza que el lente de una cámara encuentra irresistible.  Paul Brennan y compañía, son un caso que raya en lo absurdo.  Un grupo de hombres organizados buscando hacerse millonarios por medio del apostolado es simplemente una de las miles paradojas que polulan el mundo.  Los hermanos Maysles se encargan de exprimir la situación al gusto.
Algo que me encantó de esta película es la capacidad de capturar situaciones únicas e irrepetibles que dejan ver mucho.  Los momentos de privacidad con Paul son aquellos que nos dejan ver el principio del deterioro y al mismo tiempo una máscara que nos pone el personaje.  Sin la necesidad de hacer preguntas ni de interferir con el transcurso natural, nos podemos dar cuenta que Paul hace muchas cosas para nosotros.  
Sin embargo, los problemas fuera de “su” película crecen y Paul necesita regresar a la realidad.  Es en ese momento donde podemos ver una situación sin fachadas.  Los Maysles pueden entrar así de casa en casa y podemos tener un recorrido por la costa este de Estados Unidos al final de los 60’s.  









Délits flagrants - Raymond Depardon


Delitos flagrantes (1994)
Raymond Depardon
Francia

Raymond Depardon lleva las cosas al extremo y hace ver a Wiseman extremadamente ágil y dinámico.  En cuanto a la cámara no hay mucho que decir, prácticamente toda la película funciona con el mismo encuadre, y aclaro que dije funciona.  Para los fines de Depardon, no es solamente suficiente este emplazamiento de cámara sino que es muy atinado.  La cámara fija nos permite en muy poco tiempo estar sentados en la misma sala que los interrogados y jugar el papel de un voyeurista que se entretiene con el espectáculo.  Y es que la verdad es que estos interrogatorios son todo un espectáculo por si mismos, sin la necesidad de una voz narradora o de aderezados encuadres y/o montaje.
Ya habíamos visto casos documentales acerca de las relaciones humanas, pero por primera vez vemos una interacción obligada en donde hay una clara jerarquía y autoridad que nos permite ser jueces sin influencia.  Así, el espectador puede partir de una posición neutral que decide si se rinde ante los encantos, ocurrencias y estrategias de los incriminados o ante la ley y su naturaleza justiciera.  Aunque por momentos la película pueda caer en periodos de monotonía, no hay un segundo que no de cabida para alguna reflexión interna.  Desde el espacio y sus acontecimientos hasta las decisiones del director.  Sentimos junto con el resto de los personajes, la fuerza de las paredes y lo que el confinamiento en ellas puede representar, el director no nos deja salir.  Pero dentro de ese cuarto, nos permite ver casi todo y nos entrega a las víctimas de las rodillas para arriba.  Para que podamos ver a los interrogados en su integridad; podemos ver su lenguaje corporal y los desplazamientos espaciales.
Delitos flagrantes es una película documental que al terminar se siente completa y redonda.  Puede uno comprender los porqués, y si no lo hace, al menos invita a la reflexión y a una opinión.  Puede ser entonces que incluso una de las películas con una de las propuestas más fijas de cámara, funciona mejor que muchas con un millón de cortes, explosiones y desastres.








Public Housing - Frederick Wiseman



Public Housing (1997)
Frederick Wiseman
Estados Unidos

Wiseman es un brillante director con una capacidad sorprendente para documentar instituciones.  A través de una cámara alejada que deja fluir situaciones, en poco tiempo nos sentimos pasando el día en Chicago, dentro del complejo público Ida B. Wells.  Sin la necesidad de narración ni intertítulos, Frederick decide permitir al espectador meterse en el ritmo y la atmósfera de la cotidianeidad.  A través de estas hábiles capturas de material y sobre todo de un brillante estilo de edición, los que estamos viendo la película encontramos complicado no involucrarnos en alguna de sus micro-historias dentro de las grandes instituciones.
Y es que a través de la película, podemos comprender y ser parte de los habitantes de este complejo aunque no pasamos la noche dentro de ninguna casa.  El montaje final de Public Housing es un recorrido por las calles, los hogares y los sitios públicos a través de las situaciones que suceden en estos lugares.  Sin la necesidad de un protagónico, el personaje principal se vuelve el espacio que restringe físicamente al resto de los personajes secundarios.  
Aunque la película funcione de esta manera, es necesario también pensar que el fin último de este recorrido es para la gente.  Mostrar lo que similares viven bajo ciertos parámetros institucionales que generalmente se imponen sobre ellos.  Así se ve entonces una película sobre las instituciones públicas y el efecto real de estos sobre los seres humanos.







La canción del pulque - Everardo González



La canción del pulque (2003)
Everardo González
México
Creo que detrás de todo hay una historia muy interesante y cinematográfica, pero no pudo salir del todo.  El ejercicio de Everardo González parece que extrañó un ojo con mejor juicio.  Teniendo creo una oportunidad de explotar la situación, el documental se difumina entre varios hilos que no llevan a nada.  En varias ocasiones a lo largo de esta película hay elementos que siento que no justifican estar en pantalla.  Todas estas distracciones ocasionan que el espectador lejos de tener una mirada global acerca del pulque y sus tradiciones, se sienta más en un documental de anécdotas de borrachos.  Y es que probablemente eso no hubiera estado tan mal si la película se llamara La canción del borracho y se eliminara el tema del pulque.  Al final, no me quedó mucho ni del pulque ni de los borrachos.
De cualquier forma, creo que existen un par de virtudes en este documental y más teniendo en cuenta que es un proyecto de tésis del director.  En primer lugar me parece que existe un buen ojo en cuanto a estética y capacidad de encuadre.  No son sorprendentes, pero hay algunas tomas que por sí solas funcionan bien.  Aunque principalmente son en la naturaleza y siempre he pensado que fotografías de paisaje típica es casi como hacer trampa, gran parte de la belleza ya está hecha.  Al menos de que seas un tarado y simplemente no sea lo tuyo, hoy es más fácil conseguir fotos “bonitas” con las cámaras.  De todos modos, creo que hay una propuesta interesante.  En segundo lugar, la capacidad del documentalista de entrar en confianza con la gente.  Eso es algo que creo puede ir forjando experiencia y hacer un proyecto así como tésis requiere mucha capacidad para que grupos acepten las cámaras.
Aunque menciono que hay un par de aciertos, en general me parece que no es un documental bien logrado.  Creo que divaga mucho y no dice nada.